Los coches familiares en auge

El segmento de los familiares de tamaño medio está muy animado últimamente con la llegada de los nuevos VW Golf Variant, Seat León ST y Honda Civic Tourer, que se pone a la venta dentro de pocas semanas.

El Toyota Auris Touring Sports se ha añadido al grupo en fechas recientes y hemos podido probarlo en su versión diésel de 124 caballos e híbrida de 136.

De los modelos equivalentes, el Auris TS es el cuarto con más capacidad de carga, por detrás del Civic (624 litros), el Golf (605) y el León (587). El maletero presenta unas formas regulares y, bajo la moqueta, dispone de un doble fondo con varios compartimentos de notable capacidad.

Tiene una altura discreta desde la base hasta la cortinilla cubre equipaje, que cuenta con tres posiciones (enrollada, desenrollada y plegada en una posición elevada para facilitar la carga) pero no funciona con la deseable suavidad. El equipamiento de serie incluye una red de tela que separa el maletero del habitáculo.

En las plazas traseras, lo que más llama la atención es la amplitud conseguida por el fabricante japonés a pesar de que el coche es bastante estrecho. La altura resulta suficiente para la mayor parte de los adultos, al igual que el espacio para las piernas. No existen salidas de aire específicas para los ocupantes del asiento posterior.

El aspecto interior produce una sensación algo desconcertante pues no puede reprocharse nada a la terminación –que es sólida, discreta, correcta– y sin embargo, los materiales carecen de la homogeneidad que suele asociarse a una elevada calidad de acabado.

En cuestión dinámica, lo más grato ha sido experimentar la precisión con que el Auris sigue las trayectorias que le marca el conductor, sin que el suave tarado de las suspensiones suponga un obstáculo ni se aprecie ninguna de las reacciones indeseables del tren trasero que acompañan a algunos familiares.

Puestos a juzgar hasta qué punto puede interesar el diésel o el Hybrid, conviene recordar que éste último cuesta 2.500 euros más, por lo que la diferencia será difícilmente amortizable salvo que el coche se utilice exclusivamente en ciudad y vías de circunvalación, donde es posible obtener medias por debajo de los 4,5 litros.

Como en otros híbridos con motores de gasolina relativamente pequeños, los problemas surgen cuando se demanda una aceleración repentina, toca afrontar repechos pronunciados o procede mantener una velocidad de crucero elevada en carretera. 

Entonces, el Auris Hybrid presenta un ruido mecánico molesto, dado que el motor de combustión gira a un régimen alto y el cambio de variador continuo no puede hacer nada por remediarlo, y la ganancia en consumo se desvanece al tiempo que se esfuma su incomparable suavidad en ciudad.

En un uso mixto es muy poca la diferencia de consumo entre la versión híbrida y la diésel de potencia más aproximada, la del 120D de 124 caballos (seis litros de gasto medio de gasóleo según nuestras mediciones), que tiene un funcionamiento más brusco y ruidoso en el tráfico urbano, pero se desenvuelve mejor en carretera. 

Aunque lleva unos desarrollos largos, el motor 2.0 dispone de bastante empuje para remontar fácilmente la caída de vueltas en cuanto se pisa el pedal del acelerador.

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