Mazagatos la intelectual
Todo empezó cuando, de repente, Sofía Mazagatos le dijo a Rafael Torres que leía a Nietzche y a Herman Hesse en la intimidad, como Aznar habla el catalán. El impacto sacudió como un terremoto la conciencia nacional, y los editores más dinámicos se lanzaron a preparar lo que ha de ser el bombazo del otoño, el top de la rentrée: una antología del pensamiento centroeuropeo de entreguerras prologada por la bella modelo. Se llamará Así habló Mazagatos. Por lo demás, estaba claro que a partir de esta sorprendente declaración, el verano iba a ser un torrente de revelaciones imprescindibles para la historia de la Humanidad contemporánea.
Hesse, ¿en el candelabro?
La teníamos minusvalorada. Todo el país cachondeándose de ella como reencarnación del tópico de la guapa tonta.
Que si el Mercedes, que si el candelabro, que si la piel en el pellejo, y resulta que Sofía Mazagatos utiliza el candelabro para leer en la intimidad a Herman Hesse, naturalmente en ejemplares de segunda mano. El alemán ha sido el best-seller del verano, seguido muy de cerca por Nietzsche, apóstol del pesimismo histórico y flamante consuelo de modelos en busca de su identidad interior. Mientras, Carvalho seguía buscando a la muchacha que pudo ser Emmanuelle. La buscaba, obviamente, por caminos equivocados.
Lady Di y «míster Do»
Con el divorcio, Diana de Gales se llevó el oro y la comprensión de su ex: «Si ella es feliz, yo soy feliz». Y en medio de su romance dorado entre islas griegas e inusuales compromisos políticos, entre las videntes y los niños mutilados por las bombas, llegó la tragedia durante una alocada huida parisina a tono con el romance más viajero del año.
Dodi Al Fayed, según sus anteriores amantes, era el pistolero más rápido a este lado del Jordán. Ahora le recordarán, con menos frivolidad y para siempre, aún joven y en la cima del mundo.
Dodi empezó conquistando Harrod's y acabó poniendo una pica en el mismísimo corazón de Kensington Palace. El más sonado romance del multimillonario, con prometida despechada y llorosa incluida, fue también el último, y tuvo un trágico final con perfumes de la Dolce Vita, entre Mercedes negros y paparazzi.
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