El grupo Volswagen compra Lamborghini

Volkswagen (VW) se ha despegado en la puja por la compra de Lamborghini, como tercera marca alternativa, en caso de que fracasen sus planes por hacerse con Rolls Royce y Bentley. Según el semanario Stern, el consorcio malayo-indonesio propietario de la marca italiana, la ha ofrecido a Ferdinand Piëch, presidente de VW, que podría ultimar la adquisición en junio a través de una de sus filiales, Audi.

Como cada vez que salta un rumor de este tipo, la Bolsa de Francfort castigó ayer a VW haciendo bajar sus acciones 53 marcos. Los mercados alemanes mandaban así su mensaje de advertencia a la penúltima osadía de Piëch.
Hutomo Mandala Putra, hijo del presidente indonesio Suharto y propietario del 60% de Lamborghini, quiere desprenderse de la marca por falta de medios para desarrollar nuevos modelos.


Alberto Amaroli, portavoz de la empresa, afirmó desde Italia que desde hace meses están en tratos con Audi para cerrar un acuerdo por el que el consorcio alemán les suministraría motores de ocho cilindros para el nuevo modelo, más pequeño que el Diablo, único que tienen actualmente en producción.
Sin embargo, se negó a comentar las informaciones de Stern. Matiza que hay otros interesados en la operación y que la empresa, tras años generando números rojos, registró el pasado ejercicio el equivalente a 630 millones de pesetas de ganancias. Su producción anual fue de 195 automóviles.

Los otros candidatos a hacerse con Lamborghini son el grupo estadounidense Texas Pacific, aliado con el británico TWR, y una sociedad financiera formada por General Electric Capital y el Rolo Banca, con sede en Bolonia y, por tanto, preferida por los directivos italianos, encabezados por el director general, Vittorio Di Capua.
Ni en Audi ni en Volkswagen, han querido comentar los supuestos planes para comprar la marca al hijo de Suharto, a quien urge desprendense de una empresa adquirida hace sólo tres años.

Para Lamborghini, pasar al universo de VW sería entrar en el terreno de la solidez, tras los altibajos de los últimos años. Por otro lado, puede ser una opción algo más segura que Bugatti e incluso que Horsch, las otras dos alternativas que Piëch se guarda bajo la manga para compensar la pérdida de Rolls Royce en favor de BMW.
Horsch es una de las cuatro marcas que formaron el legendario grupo Auto Unión, que se especializó en la fabricación de limusinas de lujo y desapareció tras la Segunda Guerra Mundial. Lo único que queda de ella es el nombre, en poder de Audi.

En cuanto a Bugatti, entró en situación de quiebra hace años y lo único que puede adquirir ahora Piëch es la marca, pero no una empresa en funcionamiento. No obstante, parece ser que puede aprovechar como punto de partida el prototipo de berlina que realizó Giugiaro y que éste logró rescatar durante la liquidación. Lamborghini decidirá a quién vende tras la junta de accionistas que tendrá lugar en la segunda quincena de mayo.

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