La era Twiter

Ya descubrió el Marqués de Sade, hace mucho, que «el dolor está muy cerca del placer», como más tarde se encargó de cantar Freddie Mercury. La cuestión es cómo ha cambiado la experiencia sadomasoquista en esta era de internet, hipersexualizada y, sin embargo, carente de contacto físico. La respuesta la tiene la autora del primer párrafo, Karley Sciortino.

Desde hace unos años, esta joven neoyorquina cuenta sus experiencias sexuales en el blog Slutever.com (algo así como siemprezorra.com). Y no se corta la chica: desnudos, mensajes eróticos con sus ligues, crónicas de sus orgías, vídeos en los que practica felaciones, relatos sobre sus fantasías de ser violada, masturbaciones, drogas, lesbianismo, bondage... Su aventura arrancó cuando vivía como okupa en Londres. Dice que empezó aquello para acordarse de todas las locuras que hacía y que la combinación de speed con ketamina que se metía acabaría por borrar de su memoria.


Que el sexo vende en internet es algo que saben hasta las monjitas que de pequeña resumían a Karley la clase de educación sexual con un «no lo hagas». La chica empezó a hacerse famosa gracias a su procacidad y a un cuerpo turgente, como una especie de Lady Gaga -esa nariz- pero en guapa. La ficharon como modelo y como columnista sexual en revistas de tendencias, y se convirtió en musa de la modernidad. El fotógrafo y cineasta Bruce LaBruce, los grupos Salem y Girls, diseñadores, blogueras, directores de porno... Su red de admiradores ha ido creciendo en los últimos años hasta convertirse en un modelo para nuevas sluts.

Ella sigue sin cortarse y hasta saca a su madre en su videoconsultorio sexual. No le da apuro confesar en su Twitter que hasta hace un par de semanas no compró su primer consolador. «Ahora ya eres una feminista», dijo una de sus parejas al saber la noticia. ¿Y que hace falta para ser una de sus parejas? «Toma vitaminas, lee libros, haz footing y ten una mente alucinante. Todo el mundo te querrá fo...», resume ella.

Hay quien la ve como un ejemplo más de lo que se ha dado en llamar attention whore (furcia de atención). Se trata de esas personas, mujeres sobre todo, que desarrollan con el público internauta el mismo nivel de intimidad que con sus compañeros de cama. Una forma de ser el centro de atención a cualquier precio, según algunos, o una técnica para derribar inhibiciones, para otros.

El caso es que Karley ha conseguido desarrollar una nueva variante de dominatriz. Nada que ver con las estrictas gobernantas que, embutidas en crujiente cuero, aplican descargas eléctricas en los pezones de hombres de negocios. Ella se acuesta con chicos y chicas, pero no toca un pelo a sus esclavos. De hecho, ni siquiera llega a verlos la mayoría de las veces. Se limita a enviarles e-mails degradantes y llenos de insultos. Agradecidos por la humillación, le obsequian con regalos. El sirviente más especial es uno al que le pone gastarse el dinero en Karley, hasta el punto de que le suplicó que le dejase pagarle el alquiler. Ella, claro, aceptó. Será posmoderna, pero no idiota.

«Toma vitaminas, lee libros, haz 'footing' y ten una mente alucinante. Todos te querrán fo...»

1985: Nace en Nueva York en una familia católica. 2001: Pierde la virginidad a los 16 años. 2003: Se muda a Londres, donde vive como 'okupa' y consume ketamina y 'speed'. Empieza a escribir el blog 'Slutever', en el que cuenta (y muestra) su vida sexual. 2010: Vuelve a Nueva York. 2012: Extiende su fórmula de 'dominatrix online' que humilla a sus esclavos 'online'.

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