Marcelo Bielsa es único

«¿Que se ha ido a Dubai? ¡Cómo! ¡Cuándo! Estás de cachondeo, ¿no?...» La conversación ocurre antes del partido con el Athletic con un técnico del Sevilla, que muestra su sorpresa por la marcha de Quique Sánchez Flores al Al-Ahli de Dubai, ocurrida hace un par de semanas. «De todas formas, no se ha intensificado el rastreo de entrenadores. La confianza en Marcelino es aún muy alta», se excusa.

Tras el baño sufrido contra el Athletic de Marcelo Bielsa, la confianza es un poquito menos alta. Y el Sevilla sigue haciendo su trabajo. El club tiene marcados a los técnicos en paro del mercado que podrían echar un cable en caso de catástrofe. Pero ya ha tachado al número uno, Quique. Y pronto podría ocurrir lo mismo con el dos.

Lo de Quique sorprendió al Sevilla. Ya el pasado verano sopesó su fichaje cuando se encontró con la imprevista negativa de Bielsa. Sin embargo, el club, y en especial el presidente Del Nido, quedaron arrobado por el flechazo con Marcelino. La determinación, pasión y facilidades del entrenador cántabro, que unos días antes había jurado amor eterno al Racing, decidieron al Sevilla. Monchi llegó a decir que «jugaba a lo mismo que Bielsa». Y Del Nido no se ha cansado de elogiarle desde entonces. Quique quedó en la orilla.

Y ahí lo tenía el Sevilla. No en vano, se trata de un entrenador con un estupendo cartel en la casa. No en pocas ocasiones el técnico y la directiva se han echado flores. Sin embargo, hace un par de semanas, harto del paro, el madrileño aceptó la oferta del Al Ahli para dirigir en la Pro League dubaití, un millonario cementerio de elefantes con nombres tan ilustres, entre los entrenadores, como el de Diego Armando Maradona o Dino Zoff.

Buena noticia para Marcelino. Y mejor que podría ser si, en los próximos días, se concreta el derrocamiento de Gregorio Manzano en el Atlético y su sustitución por Luis Aragonés. La pertinente humillación anual ante el Real Madrid, contra el que juega el sábado, podría desencadenar acontecimientos. El ex seleccionador, al que el Sevilla ya intentó contratar después de despedir a Manolo Jiménez, seguía bien colocado en una lista que, la verdad, no es muy extensa. El mercado no ofrece demasiadas posibilidades. Por ahí está otra vez Michael Laudrup, un técnico de difícil convivencia con los presidentes intervencionistas. Y el propio Jiménez, claro...

Así que, por unas o por otras, lo que queda es exacerbar la confianza en Marcelino. Eso sí, ya le han trasladado que debe calmarse con eso de pedir fichajes. El técnico ha añadido ahora un pivote defensivo al mediapunta que viene reclamando. Pero el club tiene poco dinero y le ha recordado, además, que cuando llegó dijo que esta plantilla le sobraba para Champions.

En su momento más bajo, después de la lección recibida por su igual Bielsa, Marcelino debió agradecer ayer sobremanera el capote que le lanzó Frederic Kanouté. «Es fácil echar la culpa a los entrenadores y a los directivos. Pero yo miro primero a mí mismo y a mis compañeros. No lo estamos haciendo bien. Confío plenamente en el trabajo del entrenador. Es el primer decepcionado de lo que hacemos. El sistema no importa, sino la intensidad de los jugadores».

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