En el habitáculo de un Toyota Celia

Ya sólo queda esperar Carlos Sainz es virtual campeón del mundo desde que el pasado jueves su penúltimo rival, el francés de Landa Didier Auriol, debía abandonar en el Rallye de Australia. En la madrugada de ayer finalizó la carrera, con Sainz segundo y el finlandés Juha Kankkunen en primera plaza. El propio piloto nórdico, amigo y ex compañero en Toyota del español, afirmaba en la rueda de prensa posterior al rallye que «Sainz ya es campeón». Sólo resta ya, pues, esperar un poco más, después de miles de horas de trabajo, encerrados Carlos Sainz y su copiloto Luis Moya en el habitáculo del Toyota Celia. Precisamente Luis Moya cumplía ayer treinta años. 

La etapa de ayer, la cuarta y última, no varió en absoluto una clasificación que había quedado vista para sentencia al término de la jornada del sábado. Juha Kankkunen consiguió su primera victoria de la temporada. El finlandés no había subido al podio precisamente desde el Rallye de Australia del año pasado, cuando todavía pilotaba un Toyota. La ventaja de Kankkunen sobre Carlos Sainz quedó fijada al término de los 3, tramos cronometrados del rallye en 1.40, es decir, 34 segundos más de los que les separaban tras la tercera etapa. El piloto español ya había decidido no luchar por la primera plaza después de sus problemas del sábado.


Los quince puntos de la según da plaza dejaban todavía más lejos el «milagro» que precisa Lancia. Carlos Sainz pudo además rodar con tranquilidad en' la última jornada, ya que Alex Fiorio, el tercer clasificado y segundo Lancia, rodaba a más de tres minutos de su Toyota. Fiorio tenía el coche muy dañado. La etapa de ayer apenas tuvo historia. Las posiciones habían quedado decididas en la víspera y nada cambió. El ritmo fue muy inferior al de otras jornadas e incluso hubo un tramo cronometrado en el que el más rápido fue Ingvar Carlsson, con Mazda. Ese hecho muestra da que los primeros ya habían levantado el pie. Sin embargo, Kankkunen no las tenía todas consigo al principio de la etapa: «La ventaja de 1.06 es importante, pero no definitiva. Hay que seguir apretando». Pero Sainz ya lo tenía claro y en los dos primeros tramos del día el finlandés amplió en 38 segundos su ventaja. Lancia comprendió que el rallye era suyo. 

A partir de ese momento sólo restó una preocupación para todos: llegar a Perth y acabar el rallye. El único de los pilotos importantes que no lo consiguió fue el ídolo de la escasa afición australiana, Ross Dunkerton (Mitsubishi Galant), que se salió de la carretera en el tercer tramo y acabó en el hospital, aunque sin heridas graves. Ahora todo queda a la espera del San Remo, en el que a Sainz le basta un tercer lugar para ser matemáticamente campeón sin aguardar al Costa de Marfil, haga lo haga Lancia.

Comentarios

Entradas populares