Viviendo por encima de las posibilidades

Vivir por encima de las posibilidades es una de las expresiones que se han puesto de moda en los últimos tiempos por culpa de la crisis. Aquellos que animaron a los ciudadanos a gastar y que no vieron problema en apoyar los créditos para estimular el consumo dicen ahora que la sociedad ha sido manirrota y que ha gastado lo que no tenía.

Cada persona sabrá si vive o ha vivido por encima de sus posibilidades y si el análisis que hacen los economistas convencionales sobre la crisis le parece el adecuado. Pero además, también podría mirar la cuestión desde una perspectiva distinta, la que ofrece la llamada economía ecológica. Ésta es una rama económica que estudia la capacidad de la sociedad para vivir dentro de los límites físicos del planeta y que toma el sistema económico como parte de algo más grande, y no como un ente en sí mismo.

Partiendo de ese enfoque, la conclusión es rotunda: España vive por encima de sus posibilidades ambientales. Hasta tal punto que ha tardado menos de un tercio del año en fundirse el presupuesto ecológico para 2012. Estos son los datos que ofrece la NEF (New Economics Foundation) un think-tank independiente con sede en Londres, y que ha tomado como base los datos de la Global Footprint Network, una entidad que estudia la llamada huella ecológica. Según NEF, justo desde hoy, 22 de abril, y hasta finales del año, España va a vivir a crédito. Es decir, consumirá más de lo que su sistema ecológico puede producir y emitirá más carbono de lo que puede absorber. El país sólo puede satisfacer su demanda ecológica a cuenta de los recursos de otros países. 

Según este estudio sobre el metabolismo ambiental español, el impacto del consumo es 3,25 veces mayor que su biocapacidad. O dicho de otro modo, la potencialidad del territorio para proveer recursos y absorber contaminación cubre un tercio de su demanda de recursos.

Según explica Aniol Esteban, un investigador español que es responsable de economía ambiental de la NEF, al ritmo de consumo actual si España tuviera que subsistir de sus propios recursos hoy habría agotado los de 2012. Igual que en otros países industrializados, la fecha en la que España entra en déficit ecológico se ha ido adelantando en la últimas décadas aunque, eso sí, ya no crece tan rápido y se está estabilizando. 

Y es que los analistas de NEF consideran que los resultados comienzan a reflejar el impacto de la crisis económica, que se traduce en un menor consumo de recursos. Aunque eso no impide que el diagnóstico sea muy severo: si todos los ciudadanos del planeta vivieran como un español, necesitaríamos tres planetas para cubrir sus necesidades. 
«La estabilización del déficit ecológico durante los últimos años es una buena noticia pero se produce a través de una crisis que afecta al bienestar de muchos ciudadanos. No debería ser así. La reducción del déficit ecológico es compatible con la mejora de nuestra economía y además es condición esencial para construir una economía estable. Sin estabilidad ecológica no puede haber estabilidad económica», dice Esteban. El investigador también aclara que «el sistema natural» tiene una capacidad limitada de producir recursos y de absorber contaminantes sin poner en riesgo la capacidad de generar estos recursos año tras año. Y ese es el «presupuesto ecológico anual» para toda la humanidad. 

El conjunto de la sociedad humana consume más que este presupuesto anual, con lo cual el planeta entero está en déficit ecológico. Globalmente, consumimos los recursos equivalentes a entre 1,2 y 1,5 planetas. Si seguimos al mismo ritmo, el nivel de consumo global necesitará el equivalente a dos planetas antes del 2050. Además, el reparto es desigual y los países industrializados superan ampliamente esa media. Si harían falta tres planetas para que todos vivieran como los españoles, serían necesarios cinco para hacerlo como los estadounidenses. 

Desde hace años, asegura el informe de NEF, el nivel de consumo de la humanidad sobrepasa la capacidad de regeneración del planeta. Pero no siempre ha sido así. Hace unos 25 años que el planeta sobrepasó un umbral crítico: el punto en que la demanda de recursos ecológicos por parte de la humanidad crece mas rápido que el ritmo al que la tierra puede suministrarlos. 

En ese sentido, el responsable de este estudio sobre la huella ecológica cree que generar empleo, reactivar la economía y evitar la bancarrota pública es una prioridad pero no a cualquier precio. Para Aniol Esteban, a la crisis económica se suman otras dos crisis: la ambiental y la energética. «El cambio climático y la sobrexplotación de recursos naturales generan inestabilidad ecológica haciendo aun más vulnerable nuestro sistema económico y social; mientras que la dependencia energética de recursos no renovables en un contexto de creciente demanda global y subida de precios ponen en riesgo la estabilidad de nuestra sociedad», afirma. 

«La única forma de proteger y garantizar el bienestar de los ciudadanos es a través de soluciones que no generen más riesgo e inestabilidad. Soluciones que generen empleo y que simultáneamente contribuyan a la descarbonización de la economía, la restauración de nuestro sistema natural y la reducción de nuestra dependencia energética de gas y petróleo», reza el informe de la New Economics Foundation. 

Un creciente número de instituciones como la Comisión Europea, la OCDE y la ONU apuestan por salir de la crisis con una economía verde. Pero el rumbo escogido por la mayoría de gobiernos va en la dirección contraria, afirma el trabajo de NEF. «Nos estamos apretando el cinturón, pero los gobiernos aún no han entendido que volver al business as usual, es decir, volver donde estábamos, no es posible», dice el portavoz de NEF. 
«Hemos de aprender a generar bienestar de otras formas», añade Esteban, «crear empleo y bienestar dentro de los límites ecológicos del planeta. Y apostar por innovar a nivel económico, político y social, para crear una economía verde. No tenemos otra alternativa».

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