No todos los directivos creen en el coche autónomo

Google se ha puesto ya en contacto con fabricantes de automóviles y de componentes para ofrecerles su tecnología sobre el coche autónomo o sin conductor. 

Se comprende que lo haya hecho porque ese es su negocio: realizar el software que permita la comunicación coche a coche y sea capaz de poner de acuerdo toda la información que transmiten los sensores que pueda incorporar un coche y la que reciba de los que en un cierto momento puedan tener las infraestructuras.

Lo que no se comprende tanto es que los fabricantes de automóviles hayan asumido también el discurso del coche autónomo como si fuera algo que va a estar en un futuro muy próximo en nuestras calles y carreteras. Porque eso es algo que ni sus máximos ejecutivos se creen.

Al menos, eso es lo que señala el estudio realizado por la consultora KPMG entrevistando a 200 altos directivos de todo el mundo.

Para realizar el estudio dividió a los entrevistados, según su procedencia, en cuatro grandes regiones. En cada una de ellas, entre el 20% y el 28% de los encuestados declararon no creer en que los vehículos sin conductor fueran hacerse realidad en algún momento, lo que es un porcentaje bastante alto. 

Y entre el 43% y el 60% si le daban una posibilidad de comercialización, pero la situaban más allá de 2035. Sólo en los fabricantes asiáticos de países con economías consolidadas –Japón y Corea del Sur básicamente– hay algo más de fe pues, aunque hay un 21% de sus dirigentes consultados que se alínean con los que no ven coches sin conductor por las calles, un 33% de ellos los consideran posibles en un plazo máximo de 20 años.

Las razones para esta desconfianza son de tipo jurídico. ¿Quién es responsable en caso de accidente en el que se vea involucrado un coche sin conductor? Los primeros en rechazar tal responsabilidad son los fabricantes. 

De la misma forma que ni el propietario del vehículo ni los pasajeros aceptarán otro papel más que el de víctimas. En esas condiciones, parece dudoso que algún Gobierno vayan a aprobar la circulación de esos coches sin chofer por más que ahora están dando permisos puntuales para su circulación en fase de pruebas.

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Lo que si está próximo es la existencia de coches capaces de mantenerse en el carril, incluso en zona de virajes, a una distancia del coche de delante, que lleguen a detenerse para evitar un choque, que avisen en maniobras cuando no las realicen de forma automática. 

Es lo que Carlos Ghosn, el presidente de Nissan y Renault, llama coches casi autónomos en los que el conductor tendrá siempre la última decisión a tomar y será el responsable de la misma.

Otra curiosidad del estudio es la percepción que tienen los propios ejecutivos de las marcas del trabajo que realizan ellos y sus competidores. Colocan a BMW en el primer puesto, por delante de Daimler que aparentemente es la más adelantada. 

Y a continuación colocan a General Motors y el Grupo Volkswagen superando a Toyota que también parece estar bastante adelantada. Y todavía sorprende más que Nissan aparezca en el decimosegundo puesto, incluso por detrás de marcas chinas, cuando fue una de las primeras en mostrar un coche con esta tecnología. 

A Google sola la consideran como un suministrador, no como un potencial fabricante de coches completos.

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