La última gran pelea de la década

Ray Sugar Leonard y Roberto Mano de Piedra Durán disputarán esta tarde a las 6, hora local, 3 de la madrugada del viernes en España, lo que se ha dado en llamar el último gran combate de la década de los 80. Hay un título mundial en juego, el del peso supermedio (CMB) pero esto es casi lo de menos. Lo principal es un enfrentamiento en el que el morbo y las cifras millonarias en dólares llenan la atención de los aficionados. Los dos boxeadores son dos leyendas vivientes. Ambos han sido numerosas veces campeones del mundo y en el recuerdo de todos están las dos peleas que ambos protagonizaron, el 20 de junio de 1980, en Montreal, la única derrota de Leonard en su carrera, y el 25 de noviembre de ese mismo año, en Nueva Orleans, con cumplida revancha del estadounidense.


A medida que se acerca el momento crece la expectación y los ingresos económicos de todo tipo baten records. No hay un solo alojamiento en todo Las Vegas, incluido por supuesto el hotel Mirage, escenario del combate. Los precios de las habitaciones, que normalmente oscilan entre 100 y 200 dólares (12.000 y 24.000 pesetas) se han quintuplicado éstos días. En las apuestas Leonard es favorito dos a uno, a pesar de que la población hispana se ha volcado en su ídolo panameño.

El promotor del combate, Bob Arum, ha dado en calificar éste como el del «no más, no más», frase que pronunció Durán cuando abandonó en Nueva Orleans frente a su rival de hoy. Esas palabras causaron al panameño tantos problemas -la prensa de su país le llamó cobardeque entró en un pronunciado declive, incluido el alcohol. Ahora, rehabilitado, manifiesta que su única obsesión es batir a Leonard. Mano de Piedra es consciente de que tendrá que poner k.o. a su rival antes de que finalice la pelea, programada a doce asaltos. «Leonard es el niño bonito de este país. A La cobra (refiriéndose a Thomas Hearns) le robaron el último combate». Durán señala que Leonard le debería haber dado mucho antes la posibilidad de una revancha. «Las va a pagar todas juntas cuando le vea fuera de combate a mis pies», afirma el panameño.

El mismo optimismo que expresa Durán sienten Mike Acri, Louie De Cubas y Jeff Levine, los tres hombres que en 1987 decidieron apoyarle y sacarle del arroyo, precisamente para cumplir el sueño de hoy. Además de ser amigos, el negocio que harán será redondo. De los 7,5 millones de dólares (unos 900 millones de pesetas) que cobrará Durán, el 33 por ciento será para estos hombres. Leonard, por su parte, está tranquilo, como siempre. Conocido como «Mr. R», de retirement o retirada, porque ya se ha ido tres veces del boxeo y ha vuelto otra vez, afirma que se marchará, este vez definitivamente, tras llevarse los 12,6 millones de dólares (unos 1.600 millones de pesetas) de honorarios. Por cierto que el fisco estadounidense, además de la parte que le corresponde de ellos, le hará pagar un millón más que adeuda.

Leonard, 33 años por 38 de su rival, afirma que ya no se divierte peleando. A pesar de ello ha disputado en los últimos 32 meses cuatro combates, cifra superior a la registrada entre el 82 y el 87, cuando regresó al cuadrilátero para combatir con Marvin Hagler. El campeón también se ha mostrado confiado en ganar la pelea. «Durán no podrá aguantar mi ritmo y me impondré clara y rotundamente», afirmó en una movida conferencia de prensa, en la que Leonard se negó en redondo a hablar de dinero. «¿Por qué no se le preguntan estas cosas a Larry Bird o a otros deportistas famosos?», dijo indignado el boxeador.

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