Bugno arrasando en el giro

Gianni Bugno no ceja en su empeño de mantenerse en el primer puesto de la FICP hasta el final de temporada. Después de completar su año más brillante, a pesar de la leve decepción en el Tour -de todo ciclista capaz de hacer la demostración del transalpino en el Giro de Italia hay que esperar mucho más que un séptimo lugar en Francia, ha vuelto a dar señales de vida en la primera oportunidad. Ha logrado el segundo triunfo en una clásica en lo que va de temporada. Bugno venció el pasado domingo en la Wincanton Classic.


En 1990 ya se han disputado seis clásicas de la Copa del Mundo. El italiano de Brugg (Suiza), logró su primer triunfo en la MilánSan Remo. La trayectoria de este nuevo patrón del ciclismo italiano en 1990 es como para recortar en un álbum cuyo mejor recuerdo será el que tuvo lugar en su país. Ganó el Giro igualando lo que hizo Eddy Merckx en 1973, cuando ganó en Italia vestido de rosa de principio a fin.

Pero su temporada empezó cuando se convirtió en el primer líder de la Copa del Mundo, tras su victoria en la MilánSan Remo, y continuó confirmándose como un magnífico corredor de clásicas. Este «cartelito» le restó importancia y le cargó de todas las dudas sobre su comportamiento en grandes vueltas. Su undécimo puesto en el Tour de 1989 no le sirvió de mucho en otro sentido. Tuvo que llegar el Giro de Italia para arrinconar los malos presagios sobre un ciclista servible sólo para pocos días.

Entonces, tras ganar tres etapas, y ser maglia rosa veinte días, Gianni Bugno echó un pulso a sus enemigos para derrotarles convenientemente. Su «racanería» en el Tour de Francia, a pesar de ganar en Alpe d'Huez y en Bordeaux, ha decepcionado a quienes esperaban un comportamiento más ambicioso. Su espectacular evolución en Italiadebió llevarle a mayores exigencias. A pesar de su inesperado rendimiento, es el corredor que mejor temporada ha hecho.

Está en disposición de ganar la Copa del Mundo, de la que es líder con 86 puntos. En su alma se alberga un sueño posible para sus condiciones: ganar el Campeonato del Mundo el próximo dos de septiembre en Japón. Entre sus victorias de 1990 sería conveniente no olvidar la del Giro de Trentino y la de una etapa del mismo.

Bugno descansó pocos días tras la demostración en el Giro. Se preparó en altitud, pero su organismo, su idónea máquina para este deporte, no volvió a recobrar el infernal ritmo rosa. Ha perdido una ocasión única de dar un paso definitivo en Francia. Bugno dio la impresión de conformarse con lo que había logrado ya. Sin embargo, quizá, sólo le faltó tiempo de recuperación. Cuando se haga el balance de 1990, todos recordarán a Greg Lemond, a quien venza en el Campeonato del Mundo y a Gianni Bugno, el corredor bandera de la cosecha del 64. De los Indurain, Breukink y Alcalá. El jefe del Chateau d'Ax ha encontrado el equilibrio deportivo el mismo año del nacimiento de Alessio, su hijo. Este hecho pareció darle las fuerzas necesarias para convertirse en un ciclista de su actual talla.

El pasado domingo, en Brighton, se aprovechó de una escapada típica para un corredor como él. Su mejor sprint le permitió encaramarse en el mismo plano de actualidad que le ha correspondido durante los últimos cinco meses de recorrer kilómetros. Bugno tiene el carácter de los mejores aunque de él se ha esperado un papel muy superior que el logrado en Francia. Las expectativas que despertó en Italia se cumplieron en parte. Ahora, en su país, le exigirán que su viaje a París sea para mirar la ciudad desde el lugar más alto del podio.

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