Viajar a la segunda república.

De la Segunda República se ha dicho prácticamente todo. Se sabe cómo llegó, quiénes fueron sus protagonistas, sus logros y sus errores. Como siempre, se sabe menos del pueblo llano que vivió aquel cambio de régimen. Rafael Torres, escritor de largo recorrido y republicano confeso, cuyo título anterior (Españoles. Viaje al fondo de un país) ya trataba de la gente anónima que padece la Historia y nunca aparece en los libros, publica ahora 1931. Biografía de un año (La Esfera de los Libros). 

«Saber qué le pasaba a la gente corriente, a los que padecen la Historia, que son sus verdaderos y más numerosos protagonistas, ayuda mucho a explicar casi todo lo que pasó», dice Torres sobre el propósito y el sentido de su trabajo. De modo que ha escrito un libro «en paralelo, no al margen de la política». «Hacerlo al margen hubiera sido imposible e indeseable, pero he orillado la política lo más posible para contar quiénes se alegraron, que fue una gran mayoría, y quiénes se aterraron con la llegada de la República». 

La aportación de 'Ahora' 

En su investigación, Rafael Torres se ha servido especialmente del diario Ahora, nacido a finales de 1930 y sometido durante sus primeros meses de vida a una férrea censura militar. «Al no poder contar otras cosas, sacaba muchos sucesos y los sucesos son muy reveladores». Abundan, por ejemplo, los suicidios, por causas como no poder alimentar a los hijos o escapar del desamparo de la vejez. Esas y otras noticias conforman la imagen de un país pobre, atrasado y violento, en el que abundan las riñas mortales a navajazos, algunas protagonizadas por niños. El reverso de esa situación son las fiestas palaciegas de una aristocracia a la que el autor no ahorra calificativos. «Es que era un insulto que, en ese escenario, esa gentuza se dedicara a la vida parásita, holgazana, de contribución nula al progreso del país». 

Hay episodios esperpénticos, como el de la familia que se comió un conejo robado en una institución sanitaria, al que se le había inoculado el virus de la rabia. «Eso describe el desamparo de una sociedad. Es una España a la deriva», dice Torres. «La República no viene porque sí y nadie movió un dedo por el Rey». 

Rafael Torres ensalza la calidad profesional y humana de los hombres que llegaron al poder el 14 de abril. «La República lo tiene muy claro; tiene como postulado esencial la elevación de los españoles, por eso apuesta de modo tan decidido por la educación. La República es la civilización que viene a combatir la barbarie».