El coche de hidrógeno cada ves más cerca

Mientras toma cuerpo una aproximación más realista al coche eléctrico, aparece cada vez más cercana la introducción real del vehículo con pila de hidrógeno, una tecnología que permite el funcionamiento de vehículos con motor eléctrico, pero produciendo a bordo la energía necesaria a base de hacer reaccionar hidrógeno con el oxígeno del aire.

Esta reacción sólo emite vapor de agua. La tecnología, que desarrolló la industria aeroespacial, está ya a punto para ser aplicada al automóvil. El único obstáculo es el establecimiento de una infraestructura de hidrógeno al usuario. 

No hay problemas en lo que a la obtención de ese elemento se refiere. Las compañías petroleras obtienen 50 millones de toneladas del mismo, que en su mayor parte se utiliza en los procesos de refinado de las gasolinas. Con ese volumen se podrían cubrir las necesidades de 200 millones de coches con pila de hidrógeno. Por tanto, las petrolíferas tienen dominado el proceso de obtención y preparación. 

Es más, han desarrollado un tipo de miniplanta de producción de hidrógeno, alimentada por energía solar, que se podría montar en cada estación de servicio para su suministro. El rellenado de los depósitos de estos vehículos es similar al de uno tradicional y sólo necesita entre dos y tres minutos. El coste se calcula en 1,5 millones de euros. 

También se puede producir a mayor escala, pero ahora se trabaja en aprovechar el hidrógeno que emiten las grandes instalaciones industriales. Sólo en Europa, la cantidad emitida por la industria podría impulsar más de cinco millones de coches. 

Hasta ahora, fabricantes de automóviles y compañías petroleras han trabajado de forma conjunta para poner a punto la tecnología, pero ahora se ha pasado de la ilusión al estancamiento. Sin embargo, un buen número de fabricantes están preparados para lanzar vehículos de este tipo -Honda ya ha comercializado el modelo FCX Clarity- en cuanto que se den las condiciones mínimas para su uso. 

Según Lars Peter Thiesen, director de vehículos de pila de hidrógeno y de e-movilidad de General Motors, que tiene preparado un modelo de hidrógeno para 2016, el problema es que las petroleras parecen preferir seguir amortizando sus infraestructuras para el suministros de carburantes fósiles y no se deciden a poner postes de hidrógeno. "Pretenden que seamos nosotros, los fabricantes de automóviles, los que asumamos la financiación de esa infraestructura inicial de suministro. Pero nosotros creemos que hemos invertido mucho desarrollando la tecnología como para tener que montar, además, una red de estaciones de servicio. Se trata por tanto de una decisión politica: el día que los gobiernos impongan que equis kilómetros de vía tiene que haber un punto de repostaje para hidrógeno, se habrá acabado el problema". 

GM participa, junto con otros fabricantes y petroleras como Total o Shell en el programa CEP, patrocinado por el Ayuntamiento de Berlín y el Gobierno alemán para potenciar esta tecnología. Afirman que, con 100 puntos de repostaje se podría cubrir el 60% del territorio alemán, y con 1.000, el total. La inversión total sería, optando por las miniplantas, de 1.500 millones de euros. 

GM tiene una flota del prototipo HydroGen4 equipado con tres depósitos para 4,2 kilos y autonomía de 320 kilómetros. En Alemania, el kilo de hidrógeno se vende a ocho euros, con lo que el recorrido costaría 32 euros. Toyota, Mercedes, Ford, Renault-Nissan y Hyundai-Kia podrían lanzar coches de este tipo en un futuro muy próximo. 

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