El placer está en el riesgo

El lider sobrevivió a una mala tarde y salió reforzado con una nueva remontada en un ejercicio de superación y empeño después de una decepcionante primera parte. En temporadas anteriores, una actuación similar habría conducido a la derrota y la duda. Este año el Madrid gana incluso en su mala hora, signo distintivo de los campeones. El Barça duerme a ocho puntos. 

MOURINHO. Apostó, arriesgó y volvió a ganar. Tras los descoloridos 45 minutos iniciales comenzó a remover las piezas retirando al intrascendente Lass para meter a Higuaín junto a Benzema y retrasar a Özil, lo que le daba mejor circulación. Después se echó al monte con una defensa de tres, Alonso por delante de los centrales para dar equlibrio y seis tipos en formación de combate. Todo su arsenal ofensivo, con Callejón y Cristiano abriendo el campo, Kaká y Özil buscando resquicios en el muro rojo y Benzema cerca del Pipa. Ya en ventaja, defensa de cuatro con la ubicación de Callejón como lateral derecho. Movimientos justos que unidos a un cambio de actitud condujeron a un triunfo vital. Un técnico está para intervenir, no para dar ánimos o consignas vacuas. 

HIGUAÍN. Salió desde el banquillo con sangre en el ojo. Se fajó, encontró el gol tras un movimiento de desmarque con el que conectó el pase de Özil e incordió lo justo a Aouate para forzar situación de segunda jugada para el 1-2. 

CALLEJÓN. Jugador de equipo que suma con su vigor y voluntad. Marcó el gol fundamental, se dejó el alma y entendió las consignas de su entrenador. Ha echado la puerta abajo para hacerse valer. 
RAMOS. Imperial atrás y atento cuando su equipo se partió para vivir en campo balear. Marcó de cabeza un gol legal mal anulado. 

ALONSO. Se le nota al límite de su resistencia y eso lo acusa con una menor presencia en la faceta creativa y de distribución, aunque también es lógica esa menor incidencia por la necesidad de que ayude a los defensores. Y más ayer, cuando se ubicaron seis compañeros delante de la línea del balón para arriesgar y buscar la remontada. 
LASS. Muy alborotado y sin peso en la sala de máquinas. Su intrascendencia le convirtió en el candidato idóneo para el primer cambio. Alonso sigue sin mezclar bien con él. Es posible que ante el Barça ocupe el lateral diestro, puesto en el que se ha defendido con dignidad, salvo que Mourinho insista en apostar por su ímpetu en la presión.

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